Una característica del ser humano es su curiosidad, ese deseo de expandir su conocimiento y poder entender el mundo que lo rodea. Esta búsqueda de conocimiento junto a la falta de instituciones capaces de brindarlo son algunos de los motivos que impulsaron la creación del Programa Externo por la Universidad de Londres en 1858. Desde entonces, estudiantes de todo el mundo han podido obtener un título académico de forma no presencial, alterando la relación profesor – estudiante que había existido hasta ese entonces.

Inicialmente este tipo de cursos se hacía por correspondencia pero con los avances en las tecnologías de información el modelo de interacción entre la universidad y los estudiantes ha evolucionado. Hace pocos años que la Universidad de Londres descartó el nombre “Programa Externo” a su cuerpo estudiantil global para llamarlo “Programa Internacional” que complementa el material impreso con un ambiente de aprendizaje virtual (VLE por sus siglas en inglés) que ofrece biblioteca virtual, cuenta de correo electrónico, videos y foros donde grupos de estudios con miembros en distintas latitudes pueden formarse. Ya existe un sentido de pertenencia.

Los cambios que se han ido dando gracias a la tecnología no solo han impactado los programas de educación a distancia tradicionales. La posibilidad de ofrecer cursos masivos en línea (MOOC) desde hace varios años ha disparado el número de entidades han incursionado en el mundo de la educación virtual. Además, todo parece que el crecimiento continuará en los próximos años, sobre todo en mercados emergentes que carecen de los recursos para mejorar su oferta educativa a corto plazo.

El más reciente ejemplo de cómo los MOOC pueden complementar la educación en mercados emergente lo ha dado el gobierno de Trinidad & Tobago con el lanzamiento de su programa “Knowledge.tt” que tiene como objetivo mejorar la oferta educativa en las áreas de negocios, emprendimiento, creatividad y tecnología.

El gobierno de esta república caribeña se apoyará en Universidad de Trinidad & Tobago para la creación de centros de estudios que facilitarán el acceso a cursos del Khan Academy y la plataforma MOOC Coursera a la población. Aparte del certificado que ofrece Coursera a sus estudiantes, los estudiantes de “knowledge.tt” recibirán un certificado de la entidad trinitaria y la posibilidad de hacer una pasantía en más de 400 empresas que están colaborando con el programa.

No se debe perder la perspectiva de que el programa de Trinidad & Tobago es pionero en el mundo. Anteriormente se veían iniciativas de entidades como el Banco Mundial para estudiar el impacto de los MOOC como complemento en la educación pero nunca una iniciativa gubernamental que cuente con el apoyo del sector privado. Afortunadamente es un modelo cercano geográficamente y del que hay que estar pendientes para ver el impacto que logra tener en la sociedad.

Casualmente el listado de cursos que enumera el portal de “knowledge.tt” incluye “Foundations of Virtual Instruction” (Cimientos de la instrucción virtual) impartido a través de Coursera por la Universidad de California en Irvine y que ofrece un trasfondo histórico del desarrollo de los cursos en línea en los últimos años. Son precisamente algunas de las enseñanzas de este MOOC lo que nos hace comprender la importancia de la iniciativa del gobierno trinitario.

Aunque la profesora de la Universidad de California en Irvine que dicta el curso advierte que el mismo se centra en el entorno de educación virtual de los Estados Unidos muchos de los conceptos son aplicables a otras geografías. Además, conocer el entorno estadounidense puede servir de radiografía para ver hacia donde nos encaminamos en América Latina y el Caribe en temas de educación durante las próximas décadas. Todo lo anterior teniendo en cuenta la disparidad existente en niveles de penetración de banda ancha fija – la móvil ayuda pero no es substituto – o las 66.000 escuelas de la región que según la Organización de Estados Iberoamericanos aún carecen de servicios de electricidad.

De todas formas, existen ventajas muy claras que la educación virtual puede brindar a los países de América Latina. Algunas de ellas son bastante obvias y similares a las que perciben los estudiantes de cursos virtuales estadounidenses: flexibilidad horaria para acceder al material educativo, expansión del alcance geográfico de estos cursos, facilidad para reponer cursos, cada estudiante puede estudiar a la velocidad que más le beneficie, acceder a que de otra forma no estarían disponibles.

No obstante, los grandes beneficios que la educación virtual puede ofrecer a los presentes y potenciales estudiantes latinoamericanos también incluye la posibilidad de facilitar el dominio del nuevo material educativo a estudiantes con problemas de aprendizaje, tentar a desertores escolares a que regresen a estudiar, ofrecer cursos dirigidos a inmigrantes, evitar la exclusión del sistema educativo de jóvenes embarazadas y la oferta de cursos en idiomas indígenas.

De todas formas, si regresamos a las enseñanzas del curso “Cimientos de la instrucción virtual” vemos que el impacto de la educación en línea no se limita a adultos. La oferta de estos cursos comprende todos los niveles educativos del niño desde jardín de infantes hasta el final de su educación secundaria (conocido como educación “K-12”). Su importancia como herramienta educativa es tal que en la actualidad cerca del 50% de todos los distritos escolares en los EEUU operan o están implementando algún tipo de educación virtual a sus currículos. Obviamente estos son cursos especializados preparados para este tipo de estudiantes por lo que la gran mayoría de los MOOC de una plataforma tipo Coursera no atendería las necesidades de la región. Por suerte existen otras que si pueden ser apoyo, siendo una de las más obvias el Khan Academy.

Hay que considerar que estados como Alabama, Florida, Idaho, Michigan (pionero en 2006) y Virginia en los Estados Unidos hayan impuesto como requisito de graduación de secundaria el haber aprobado un curso en línea debe enviar una clara señal a los gobiernos de América Latina sobre donde centrar sus esfuerzos educativos. Sobre todo porque esta es una tendencia que continuará por las próximas décadas siendo Georgia, New Mexico y West Virginia estados que ya sugieren recomiendan a sus estudiantes experimentar con este tipo de cursos antes de graduarse pero por el momento no lo han hecho requisito. De todas formas, se estima que en los próximos años el crecimiento de los estudiantes en todos los niveles de cursos virtuales incremente anualmente en un 30% hasta que en 2019 superen en número a aquellos que toman cursos presenciales.

El lanzamiento de “knowledge.tt” por el gobierno de Trinidad & Tobago y los avances que están teniendo los cursos en línea para estudiantes “K-12” son mensajes muy claros que no deben ser ignorados por los gobiernos latinoamericanos. Los esfuerzos de mejorar la educación por medio del acceso a Internet en las escuelas y la entrega de dispositivos a estudiantes de bajo poder adquisitivo deben continuar, pero debe haber un mayor énfasis en el desarrollo de contenidos educativos. Contenidos que siempre pueden ser complementados con la oferta gratuita ya existente de universidades u otros centros de investigación de alto prestigio.

4 comentarios en “Trinidad & Tobago pionero en educación virtual

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