El sector de las telecomunicaciones ha sido reconocido desde hace ya varias décadas como uno de los pilares más importantes en el desarrollo económico de un país. Sin embargo, el impacto de la tecnología en el crecimiento de la economía de un país ha ido transformándose a la par de las innovaciones que ha experimentado la industria de telecomunicaciones.
Mientras que a finales del Siglo XX el objetivo principal de los gobiernos alrededor del mundo era incrementar el número de personas con acceso a servicios de telefonía, en la actualidad la meta se centra en la adopción por la mayor cantidad de la población posible de conexiones de banda ancha de alta velocidad que les permita acceder a contenidos que puedan servir de herramientas para mejorar su situación personal y/o laboral.
Lograr este objetivo no es un trabajo sencillo y requiere que todos los actores que de una u otra forma forman parte del ecosistema de las telecomunicaciones – gobierno, sector privado y sociedad civil – trabajen de forma conjunta para identificar las mejores medidas que deben ser implementadas para impulsar la adopción de nuevas tecnologías. Sobre todo, en un entorno global que por medio de la transformación digital apunta a digitalizar todos los sectores productivos de la economía para hacerlos más eficientes.
En otras palabras, ya conocemos cual es el camino a seguir por todos los países del planeta siendo la velocidad con que implementen este cambio el principal factor diferenciador entre ellos. Queda claro que aquellos mercados que lideren la transformación digital serán los que mayor beneficio percibirán del incremento en eficiencia y productividad de los distintos sectores verticales de su economía.
No obstante, la transformación digital no ocurre en un vacío sino que es consecuencia de decisiones de inversión de aquellas empresas – públicas o privadas – que operan en el mercado. Esta inversión debe ocurrir en un marco legal estable y transparente en el que las políticas públicas adoptadas tengan como objetivo impulsar el desarrollo tecnológico del país. La sociedad civil cuenta con un rol de colaborador y también de parte interesada en que los avances no se limiten a centros urbanos o localidades de alto poder adquisitivo. En otras palabras, la digitalización debe ser un proceso inclusivo.
¿Cómo puede la sociedad civil defender sus derechos y abogar ante los otros actores por la actualización y expansión de sus servicios? La respuesta dada por muchos gobiernos alrededor del mundo es sencilla: la publicación periódica de cifras de adopción de servicios de telecomunicaciones en su jurisdicción. Esto permite entender detalles como los niveles de crecimiento en la adopción de tecnologías, qué servicios son los de mayor demanda y como se compara el mercado frente a sus vecinos regionales y globales.
La importancia de tener cifras actualizadas sobre el mercado que brinden un panorama claro de la adopción de servicios y la disponibilidad de los mismos se puede observar al momento de definir políticas públicas referentes a la educación, salud o seguridad. ¿Cómo pueden establecerse protocolos o crear aplicaciones que faciliten al usuario la toma de decisiones sobre esos segmentos? ¿Cómo puede implementarse una estrategia de gobierno electrónico coherente si se ignora cuantas personas podrán acceder a los nuevos servicios que se ofrecen? ¿Cómo diseñar estas páginas de manera que la mayor cantidad de personas puedan beneficiarse de forma inmediata?
Todas estas preguntas se responden con el monitoreo y publicación de información estadística relevante al sector de telecomunicaciones y de tecnologías de información de un país. También hay que recordar que tanto el sector académico como firmas especializadas en hacer consultoría dependen de números actualizados para poder hacer un mejor diagnóstico de la situación del mercado. Si no se tienen datos correctos es imposible detectar las falencias existentes o identificar las localidades donde ya no hacen falta más insumos pues las metas de adopción de nuevas tecnologías ya han sido cumplidas. En otras palabras, sin datos certeros se dificulta la administración de recursos del país.
Teniendo en cuenta lo anterior, resulta obvio que el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (IEPR) cumple una importante labor al momento de rastrear y cuantificar datos que son importantes para investigadores, economistas, inversionistas y servidores públicos. No obstante, aun cuando el IEPR ha hecho una gran labor creando un inventario de estadísticas sobre la isla, su trabajo precisa ser constante y poder actualizar de manera periódica la información que ofrece. Por ejemplo, bajo el renglón de “Ciencia y Tecnología” la información que se ofrece es sobre inversión y desarrollo en este renglón con fecha d 2009.
Lo anterior no implica que no se esté recolectando información sobre el mercado de telecomunicaciones de Puerto Rico. Esta labor la lleva a cabo el Negociado de Telecomunicaciones de Puerto Rico (NTPR), entidad que en las pasadas semanas publicó cifras referentes a la situación de los servicios de acceso para finales del 2018. Los datos presentados (ver aquí) fueron divididos en mercado de voz, Internet de banda ancha, televisión por cable, servicio universal e ingresos y empleos en la industria.
Una revisión a la información presentada por el NTPR da como resultado que la entidad gubernamental está recolectando datos que corresponden a la adopción de una oferta de servicios de telecomunicaciones que ya no refleja la situación actual y que la forma de presentar los datos es errónea y no permite las comparativas ya sea internacionales o con otros estados y territorios de Estados Unidos.
Servicios de Voz
En la actualidad la adopción de planes de voz ha ido disminuyendo su importancia al ser reemplazados por aplicaciones que permiten la utilización de telefonía sin necesidad de utilizar el servicio que ofrece el operador de telecomunicaciones. Primero en servicios de telefonía fija y posteriormente en servicios por medio del celular se ha observado la sustitución de la voz por el uso de aplicaciones centradas en datos como correos electrónicos, mensajería de textos, redes sociales, chats y las llamadas aplicaciones “over the top” como WhatsApp, Skype o Vibe.
Aunque cuantificar servicios de voz contratados en el mercado es importante, equiparar una línea celular con una línea fija es un error. Mientras la línea fija tiene como destino una localidad, en el caso de que esta sea un hogar vemos que en promedio un mismo teléfono estaría conectando alrededor de tres personas en Puerto Rico. Por el contrario, la línea celular conecta a una persona por lo que cada línea celular es individual. Dicho esto, cuando se presenta el total de líneas de Puerto Rico como una suma de líneas móviles con fijas se insinúa que cada línea representa una persona distinta lo que es un error pues la gran mayoría (sino todas) las líneas fijas están en hogares que ya cuentan con al menos un celular.
Finalmente, se presenta una distinción en líneas de telefonía por medio de VoIP (voz sobre IP) que son diferenciadas de las líneas fijas o móviles del país. Teniendo en consideración que las redes por circuito han ido desapareciendo gracias a la digitalización de la infraestructura de los operadores fijos y en el mundo móvil con la llegada de un LTE que es 100% IP, sería conveniente que el informe definiera a que se refiere con líneas VoIP y como estas pueden diferir de los servicios de telefonía por medio de redes empaquetadas existentes en la isla.
Finalmente, cuando se presentan los servicios de telefonía por medio de plataformas alámbricas no se hace distinción si la infraestructura utilizada es fibra óptica, cable coaxial o par de cobre para cada uno de los segmentos descritos: hogar y negocios. Este tipo de información es relevante al momento de analizar las capacidades que tiene cada hogar y negocio para acceder a servicios de Internet de alta velocidad.
Telefonía móvil
Los datos presentados de telefonía móvil hacen una primera división que va a acorde con las prácticas internacionales de dividir las líneas por su modo de facturación: prepago vs contrato. La dificultad que encuentra cualquier persona que desea analizar el mercado móvil de la isla es que no se ofrece ningún otro tipo de información, como por ejemplo: cuantas líneas corresponden a cada tecnología que está siendo utilizada en Puerto Rico.
Una persona que usa una red celular GSM accede a servicios completamente distintos a los que accede una persona que utiliza una red LTE Avanzado. Asimismo, no hay ningún tipo de información sobre el tipo de dispositivos que están siendo utilizados por los usuarios para conectarse a las redes celulares. Nuevamente no es lo mismo conectarse con un llamado teléfono inteligente (smartphone) que hacerlo con un teléfono que no tiene la capacidad de acceder a aplicaciones que le faciliten la vida al usuario.
Recabar este tipo de información es de vital importancia para el desarrollo de un mercado local de producción de aplicaciones, una mayor demanda de este tipo de servicio y la digitalización de procesos gubernamentales que puedan ser accedidos por medio del teléfono celular inteligente. Países como Brasil, Chile, España, Estados Unidos, México y el Reino Unido, entre otros, indican que porcentaje de los usuarios móviles tienen teléfono inteligente, Algunos hasta van un paso más allá y reportan el sistema operativo de los teléfonos celulares activos en el mercado.
Servicios de Banda Ancha
Indudablemente la parte más débil del reporte del NTPR es la sección correspondiente a los servicios de banda ancha, sobre todo si se considera que desde 2015 la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos considera como conexión de banda ancha aquellas que ofrecen como velocidad pico mínima de bajada unos 25 Mbps.
El primer error metodológico que se hace en esta sección es sumar las conexiones de banda ancha alámbrica con las conexiones inalámbricas para presentar un porcentaje de adopción de estas tecnologías sobre la población total de Puerto Rico, dando como resultado una sobre estimación basada por un lado en el doble conteo de personas que tienen conexión fija de Internet en su casa, pero también un plan de datos en su celular. Además, da la impresión de que el NTPR no utiliza el parámetro oficial de a FCC de 25 Mbps como banda ancha y simplemente nombra como tal todas las conexiones a Internet que existen en el país.
La división de velocidades de banda ancha que hace el NTPR hace que cualquier análisis sobre este renglón sea simplemente inservible, al cuantificar como uno de los segmentos de su división de sus conexiones aquellas que van desde 5 Mbps hasta 100 Mbps, representando un 79% de todas las conexiones de banda ancha del mercado. Las otras son conexiones menores a 1 Mbps, conexiones de más de 1 Mbps hasta menos de 5 Mbps y aquellas que superan los 100 Mbps.
Otros renglones
Otros datos provistos por el NTPR se refieren a la cantidad de teléfonos públicos en el mercado, la cantidad de empleados en la industria de telecomunicaciones, usuarios del subsidio federal para servicio de telecomunicaciones llamado Lifeline y la cantidad de subscriptores a servicios de televisión por cable. En este último renglón no se cuantifica el número de usuarios de servicio satelital de televisión y aparentemente tampoco el que se ofrece por IPTV.
Nuevamente es imperativo que la NTPR ofrezca un glosario de los términos utilizados en su reporte de métricas de telecomunicaciones para evitar de esta forma cualquier mal entendido de las cifras y facilitarle a los investigadores sus labores comparativas al momento de contrastar cifras de Puerto Rico con la de otros mercados regionales, globales o de las distintas jurisdicciones que hay dentro de los Estados Unidos.
Por otra parte, cabe mencionar que no se presentó ningún tipo de información sobre el número de computadores o tabletas en el hogar, como tampoco hubo datos presentados de la adopción de nuevas tecnologías por agencias del gobierno.
Conclusión
Puerto Rico continúa atravesando uno de los peores momentos económicos de su historia. Las TIC se presentan como una oportunidad para dar un salto en productividad al mejorar eficiencias y abaratar costos. No obstante, para poder lograr identificar cuáles son las áreas de mayor falencia en la adopción y uso de nuevas tecnologías se necesita información estadística que sea actualizada periódicamente.
Esta labor se cumple a media pues los datos que presenta el NTPR sobre el estado de las telecomunicaciones en la isla hacen equiparaciones erróneas, no muestra claridad en sus definiciones y no ha sido actualizado para incluir información sobre las tecnologías que se están desplegando y adoptando en el mercado como FTTH, LTE, smartphones o computadores, entre otras variables. Esto sin mencionar que la falta de definición de los conceptos utilizados en el reporte dificulta la interpretación de las cifras.
¿Podrían imaginar el impacto que tendría conocer a nivel municipio cuales son las velocidades de Internet que contratan los hogares, el número de teléfonos inteligentes o las aplicaciones que están siendo utilizadas? ¿Cómo sería el tener una base de datos que permitiese a un investigador que desea invertir en el sector agropecuario comparar los niveles de adopción a nuevas tecnologías de Jayuya, Lares y Utuado?
Mi recomendación a las autoridades gubernamentales encargadas de velar por el sano desarrollo del sector de telecomunicaciones y tecnologías de información de Puerto Rico es que revisen los datos que ofrecen públicamente para de esta forma fomentar un mejor entendimiento del progreso en este importante sector de la economía. Mayor transparencia en la oferta de datos facilitaría la tan necesaria investigación sobre cómo utilizar la tecnología para mejorar la situación del país.
«Una persona que usa una red celular GSM accede a servicios completamente distintos a los que accede una persona que utiliza una red LTE Avanzado.» Yo lo que veo aquí Jose es que una línea móvil es tu número de teléfono. Y tu número de teléfono puede operar en GSM o LTE o LTE Avanzado de acuerdo a donde estés usándolo en ese momento. Así que una línea no es siempre 2G, 3G o 4G. Yo sugeriría mejor usar una métrica de disponibilidad de 3G y 4G y otra de velocidad, como la que usa OpenSignal en sus reportes.
Tomás,
No hablo sobre metodologías de distintas empresas de consultoría. Lo que sí puedo decir es que el número de teléfono de una línea celular cumple con parámetros completamente distintos en una red conmutada como lo es GSM versus una red completamente IP donde el servicio que utiliza el usuario si depende del número asignado a la línea pero esto no necesariamente se traduce en ingresos adicionales para el proveedor, por ejemplo, servicios de telefonía móvil donde se pueden utilizar aplicaciones de terceros para acceder a este servicio.
El tema de cobertura es distinto al de tipos de servicios que puedan ser soportados por una plataforma tecnológica sobra en comparación con otras. Esto teniendo en consideración que la expansión geográfica de las distintas redes móviles depende de los planes estratégicos de cada operador, siempre bajo el manto de cumplimiento con regulaciones locales.
Por último, mil gracias por tu comentario y por leer mi blog.
Abrazo, JFO
Felicitaciones sr Otero, es tremendamente placentero leer su análisis; me ha parecido excelente y no tiene desperdicio, estoy 100% de acuerdo con sus observaciones y comentarios, amén de las preguntas que nos hacemos en relación a la industria it en PR. Estamos pensando, muy seriamente en inversiones y desarrollo en la isla, para aportar en esa área de nuestra competencia y al analizar, vemos lo mismo que indica (si bien existen otros incentivos identificados qué auguran magníficas condiciones) no es menos cierto lo que Ud refiere en su análisis.
Felicitaciones y esperamos algún día hacer realidad nuestro emprendimiento
Ing Eustasio Sánchez
Estimado Ing. Eustasio Sánchez,
Muchas gracias por su comentario. Usted expresa lo que he tratado de transmitir en mi breve columna: mostrar información estadística de los niveles de adopción de nuevas tecnologías le facilita a empresas e inversionistas hacer un análisis de las posibilidades de retorno de inversión de manera más precisa y le reduce los costos de investigación para obtener datos que en otras jurisdicciones son gratuitos. Además, hay una lección más básica: identifica los puntos donde puede haber un rezago permitiendo la adopción de medidas enfocadas a corregir estas falencias.
Muchas gracias por tomarse el tiempo de leer mi blog y comentar su opinión.
Slds, JFO