Las redes de telecomunicaciones móviles evolucionan constantemente, esto se debe a innovaciones que se integran a la infraestructura existente para mejorar su desempeño. De esta forma, el primer servicio comercial del mundo de LTE que se lanza inicialmente en Suecia y Noruega en diciembre de 2009 ofrecía velocidades pico de alrededor de 12 Mbps. Diez años más tarde, la velocidad de esta primera red LTE contrasta con las ofrecidas por redes LTE-A (LTE Avanzado) en América Latina y que generalmente exhiben velocidades pico superiores de los 300 Mbps.
Sin embargo, el trabajo de hacer llegar estos nuevos servicios al cliente final conlleva una serie de procesos de revisión y validación que permita al operador constatar que la innovación tecnológica sí funciona y que su desempeño sea el esperado. Aquí no tan solo se considera el desempeño de las innovaciones en la infraestructura de red o de software, también se considera el impacto que los cambios logrados por la actualización podrían tener en los servicios a los que acceden los clientes dependiendo del celular que posean.
Por ejemplo, si la penetración de celulares que puedan acceder al nuevo servicio es de 2% el operador tiene muy bajo incentivo (más allá de ventajas de posicionamiento publicitario como ente innovador) para invertir en mejorar el servicio que ofrece. Su tarea seguramente se centrará por medio de cambios en su oferta de dispositivos y nuevas promociones en fomentar un incremento en la cantidad de clientes que pueden acceder a servicios más avanzados. Una vez se obtiene una masa crítica de usuarios se justifica la inversión en mejorar el desempeño de la red.
Cuando el cambio tecnológico involucra el despliegue de una nueva red de telecomunicaciones los procesos son similares. El operador en colaboración con todos los fabricantes que desean su negocio establece pruebas limitadas de la nueva tecnología en un entorno controlado de clientes reales. De esta forma, se puede obtener información detallada del desempeño de la tecnología como también los picos de demanda de la nueva tecnología y como esta podrían cambiar en escenarios distintos. Ergo, se hacen distintas pruebas de la nueva tecnología en condiciones de campo diferentes.
Nuevamente, el lanzamiento de la nueva tecnología tendrá en consideración factores que oscilan desde temas regulatorios hasta el posicionamiento de marca. Independientemente de la estrategia que desee implementar el operador con la nueva tecnología un elemento sumamente importante es establecer las pautas internas para promover el recambio de dispositivos para incrementar el número de aparatos en el mercado que se puedan conectar a la nueva red y de esta forma comenzar acelerar su retorno de inversión.
Como se puede adivinar, en estos momentos la tecnología móvil que está siendo “probada” a través de toda Latinoamérica es la comúnmente conocida como 5G. Muchas de estas pruebas se enfocan en ver cuál sería su desempeño en ambientes cerrados donde se tenga que acceder a la conexión móvil por medio de frecuencias radioeléctricas en bandas milimétricas. No es lo mismo tratar de conectarse a banda ancha móvil desde la habitación de un hotel en Cancún, donde las paredes del hotel están diseñadas para aguantar los embates de un huracán, con servicio en la banda de 800 MHz que hacerlo en una combinación de 3.5 GHz y 28 GHz.
Las bandas a ser utilizadas para hacer la prueba son muy importantes para el desempeño de cualquier nueva red móvil y tienen un impacto directo en la inversión necesario para el despliegue de la nueva tecnología. Al momento de elegir que bandas puede utilizar un operador para hacer una prueba, este tiene dos alternativas, siendo la primera el utilizar una banda que ya tenga asignada. La segunda sería solicitar un permiso temporal por parte de las autoridades de regulación para que le permita hacer una prueba en una frecuencia que aún no ha sido asignada a los operadores o que al menos el operador interesado no posea.
Asimismo, las pruebas de campo también sirven para comenzar a ver como los nuevos dispositivos móviles funcionan en su interacción la nueva red. De esta forma se pueden obtener datos importantes que posteriormente serán utilizados durante las campañas de publicidad y de comercialización de los nuevos servicios. Para lograrlo es muy común que los operadores hagan más de una prueba, en condiciones geográficas y de demanda disimiles para obtener un mejor entendimiento de las capacidades de la nueva tecnología. Usualmente estas pruebas se hacen con distintos proveedores de forma simultánea, lo que permite un mejor contraste y comparación de los productos que ofrecen al operador.
Obviamente en estos momentos las redes que se están “probando” a través de toda América Latina y el Caribe son las llamadas de 5G. ¿Qué no se ha escuchado esto en la prensa? Cualquier experto en telecomunicaciones con conocimiento básico de cómo funciona la industria puede responder fácilmente esta pregunta: es potestad del operador anunciar públicamente si está o no haciendo una prueba de 5G o cualquier otra tecnología. Hay quienes deciden hacerlo, como se ha visto en mercados como Argentina, Brasil, Chile o Puerto Rico; mientras hay otros que ya a principios de 2018, sin movimiento mediático, coordinaban cinco pruebas distintas con varios proveedores de infraestructura con miras a lanzar comercialmente su servicio en 2019.
No obstante, es necesario aclarar que la tendencia se inclina a favor de no divulgar que se está probando una nueva tecnología. También es importante saber que el hacer una prueba no implica necesariamente que la tecnología será lanzada de forma inmediata. Cualquier experto con conocimiento básico de telecomunicaciones sabe que los tiempos de lanzamiento de una nueva tecnología responden a la estrategia comercial de cada operador.
La buena noticia para América Latina es que ya varios países cuentan con un cronograma de asignación de espectro radioeléctrico claro por lo que los lanzamientos de 5G no deberían presentar atrasos inesperados, siendo el 2019 el año del despegue inicial de esta tecnología en la región. Países como Brasil, Colombia y México han ido identificando espectro en bandas milimétricas que eventualmente serán asignadas para viabilizar el crecimiento de 5G en la región.
La pregunta sería ver si los países de la región deciden inclinarse por el uso compartido de la banda de 28 GHz como sucede en los Estados Unidos donde ya se ofrecen servicios comerciales tanto satelitales como de 5G en esta frecuencia. Esa es la gran incógnita.
Referencia
La imagen es de Pixabay.
Ayer en la Torre de Entel Perú se realizo un demo para los medios de prensa donde demostraron el uso sobre la banda 3500 para pruebas de 5G NR NSA.
Esta es la primera prueba publica, claro de seguro hay otras internas como dices que No se conocen, lo cierto es que ahora sabemos que estándar seria el que usarían para el 5G al menos aquí en Perú como es el NR NSA.
Buscando info sobre el tema vi un articulo que habla sobre esto y o sorpresa es un articulo tuyo, bien Jose lo voy usar con tu permiso claro. http://www.redestelecom.es
La demo fue gracias a su partner Huawei
Carlos,
Siempre es interesante ver cuando los prestadores de servicio móvil hacen públicas sus pruebas de nuevas tecnologías. Afortunadamente en América Latina desde hace varios años hemos presenciado pruebas de “5G” en diferentes frecuencias de espectro radioeléctrico y ya contamos con un lanzamiento acotado pero comercial de esta tecnología. Perú cuenta en las regiones costeras, sobretodo en Lima y Callao, con condiciones favorables para el lanzamiento de 5G. Esto teniendo en cuenta que no será un lanzamiento masivo a corto o mediano plazo, pero que su impacto en el sector empresarial puede ser el incremento en eficiencias y abaratamiento en costos.
Con mucho gusto puedes utilizar la información donde me citen, siempre teniendo en cuenta que los contenidos del blog son a nivel persona.
Abrazo, JFO