La industria de las telecomunicaciones se caracteriza por su diversidad de opiniones. Dependiendo a quien se pregunte, la respuesta podría variar. Es por esta razón que es sumamente importante revisar datos concretos para no asumir como cierta cualquier aseveración que, aunque a primera instancia pueda sonar lógica, una revisión de las estadísticas relacionadas la evidencian como uno de los numerosos espejismos del sector.

Siendo parcos, sin nombrar empresas ni estrategias de negocios, los prestadores de servicio móvil son el sector de las telecomunicaciones que más invierten en México con montos que en un mal año oscilan entre los $ 1,500 y $ 2,000 millones de dólares estadounidenses. Inversiones que no incluyen el empleo directo de decenas de miles de empleados, pago de impuestos y modernización de la infraestructura de telecomunicaciones a nivel nacional. Todo lo anterior considerando que los distintos prestadores de servicios comienzan a desplegar infraestructura de una nueva red móvil alrededor de cada diez años.

La importancia de los servicios móviles es tal que casi todas las iniciativas para masificar servicios de telecomunicaciones, desde las propuestas por entes globales como la Unión Internacional de Telecomunicaciones hasta regionales como la Unión Europea, se enfocan en la importancia del sector móvil para alcanzar este objetivo. El desafío es cómo lograr que cualquier iniciativa digital pueda trasladarse al mundo móvil rápidamente y de esta manera alcanzar esa masa crítica de usuarios que le permita tener el impacto mínimo necesario para sobrevivir.

Sin embargo, uno de los grandes desafíos del mundo móvil es cómo continuar expandiendo su llegada en aquellas zonas que en la actualidad no cuentan con una oferta de servicios asequible para los ciudadanos. No hablo de cobertura, porque la misma es un espejismo malinterpretado, si fuese por cobertura todo el territorio mexicano cuenta con cobertura por parte de los distintos satélites, pero ninguno de los operadores de estos servicios tiene puestos de venta de servicios dirigidos al segmento prepago con planes tarifarios atractivos para los 61.1 millones de mexicanos que viven bajo el nivel de pobreza según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) de México.

La cobertura por sí sola no garantiza servicios, tiene que ser acompañada de una estrategia logística de para venta de dispositivos, recarga de servicios y, sobre todo, una oferta comercial que atienda las necesidades de gran parte de la población. En la actualidad, no hay ningún servicio de telecomunicaciones en México que apunte a ofrecer servicios a los segmentos de menor poder adquisitivo de la población como la industria móvil.

Claro que lo anterior no sucede en un vacío mágico, como cuento de hadas tiene más similitud a los escritos por los hermanos Grimm que a los que comúnmente de les narra a los niños en parques de diversiones. Para poder ofrecer servicios, los operadores móviles necesitan de espectro radioeléctrico, un insumo esencial que con el advenimiento de 5G se vuelve más importante, pues los operadores que desean construir su red necesitan una combinación de frecuencias que permita amplia cobertura en zonas rurales y gran capacidad en zonas urbanas.

El problema existente es el alto precio que los operadores tienen que pagar por el uso del espectro radioeléctrico para ofrecer servicios móviles, sobre todo si se compara con el que se paga para ofrecer servicios de acceso fijo o de transporte por operadores fijos o satelitales. Los operadores que más personas conectan en el mercado, las empresas que más facilidades ofrecen a los usuarios más pobres para acceder a servicios de telecomunicaciones son las más castigadas financieramente.

Mientras en otros mercados se intenta potenciar el alcance e innovación del sector de servicios móviles, en México se utiliza para cuadrar las deficiencias de otros sectores de la economía que casualmente dependen de la comunicación móvil para sobrevivir. Ha sido esta visión recaudatoria la que llevó a la publicación en la Gaceta Parlamentaria del martes 8 de septiembre de 2020 (Número 5604-E) de una propuesta que cambiaba la Ley Federal de Derechos para incrementar el pago por espectro radioeléctrico a los operadores móviles.

Luego de que una avalancha de críticas e información estadística inundara los medios, la Secretaría de Hacienda decidió reducir los aumentos propuestos inicialmente para las bandas de 800 MHz y 850 MHz. La justificación es que los montos percibidos por el gobierno por estas frecuencias se encontraban 16.76% por debajo de la mediana internacional.

Sorpresivamente, la memoria latinoamericana es dolorosamente corta, distintas entidades comenzaron a felicitar al gobierno por su acertada acción. La realidad es otra, los altos precios cobrados por el gobierno de México por sus concesiones de espectro son los que han llevado a un operador que desde su llegada al país ha invertido más de $ 13 mil millones de dólares, a regresar sus concesiones de este activo pues de lo contrario su modelo de negocio en el país era prácticamente inviable. Estos altos montos son los que han llevado a distintos comisionados, presentes y pasados, del Instituto Federal de Telecomunicaciones a pedir por una rebaja en el precio de los bloques asignados. Finalmente, los altos precios han sido criticados por años por todas las empresas que en algún momento han ofrecido servicio móvil en el país, tanto las que ya no existen como las que continúan operando.

La Cámara de Diputados aprobó un aumento a lo que se paga por concesiones de espectro radioeléctrico, no una rebaja. La excusa dada para justificar el incremento en el pago por concesiones en 800 MHz y 850 MHz hasta suena descarada si se tiene en consideración que datos publicados por el IFT muestran que los pagos en México por espectro en las bandas AWS y PCS son 120.2% más altos a la mediana internacional, mientras que lo pagado por bloques en la banda de 2.5 GHz es 85.28% más alto. Si había que llevar los precios a la mediana internacional, ¿por qué no se es congruente y se hace con todas las frecuencias asignadas?

Se puede disfrazar de la forma que deseen y hasta recibir felicitaciones de alguna que otra entidad que no ha analizado al detalle lo ocurrido, lo hecho por la Cámara de Diputados es un aumento por derechos de uso de espectro, justificado por un argumento totalmente incongruente. Resumiendo, lo sucedido esta semana es el intento más reciente del gobierno de vender espejitos con el espectro radioeléctrico para servicios móviles.

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