Entrevista a Ignacio Perrone de la Universidad de Buenos Aires.  

Mencionar en una conversación que se trabaja desde la casa ya no causa ningún tipo de sorpresa. Todo lo contrario, seguramente la conversación se centre en enumerar sus beneficios: tener más tiempo para dormir, trabajar en pijamas o los ahorros en combustible. Hace 20 años no era tan sencillo. Abundaba el escepticismo y en los hogares las conexiones de Internet parecían funcionar con la rapidez de un auto estacionado.

Fue por esa época cuando hablé por primera vez con un colega que trabajaba desde su apartamento en Buenos Aires, Argentina. Aún recuerdo la emoción que tenía al hablar de su adorado River Plate campeón de la Copa Libertadores del 1996.  Tenía el orgullo e ilusión del hincha maravillado por los logros de Francescoli, Crespo y Ortega. Cuando pasaba un traspié lo minimizaba, estaba encontrándose el equipo, pronto llegaría el próximo título continental.

Luego de casi dos décadas el mundo de las telecomunicaciones se ha transformado y para Ignacio Perrone (Nacho para los amigos) los años de amargura que vivió mientras el equipo se encontraba terminaron, River Plate nuevamente es campeón de la Copa Libertadores.

Durante este tiempo me ha tocado colaborar de forma cercana con Nacho el analista de telecomunicaciones y también compartir con el amigo hincha de fútbol (aunque nunca se dignó a invitarme al Monumental de Núñez).

Como analista, Nacho se ha posicionado como uno de los principales expertos de telecomunicaciones de su natal Argentina, ha escrito numerosos análisis y comandado proyectos por toda América Latina. Personalmente lo considero una referencia necesaria para entender la dinámica latinoamericana y argentina de este sector.

Dejaré a un lado al amigo y especialista para centrarme en la persona que desde 1995 es Docente en la cátedra de “Informática y Relaciones Sociales: lazos sociales, y virtuales” que imparte la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Esta cátedra tuvo como inicio un seminario que desde entonces ha ido evolucionando su equilibrio entre el mundo digital, el tangible y el presencial. Donde los estudiantes por medio de su trabajo son expuestos a dinámicas similares a las de los autores de referencia que son estudiados entre los que se encuentran: Manuel Castells, Lawrence Lessig, Andrew Feenberg, Emilio Cafassi y Mariano Zukerfeld.

La existencia de este tipo de cursos en las universidades de América Latina es sumamente importante. Ya no es un simple cliché decir que el mundo cada vez será más digital o que la tecnología lo arropará todo, lo estamos viviendo. La famosa aldea global llegó primero al ciberespacio cuestionando todas las reglas establecidas de logística, propiedad privada, contenidos y privacidad. Este cambio requiere que lo digital no se limite a ser estudiado en facultades enfocadas en lo técnico, hay que abórdalo en otros aspectos como la educación, las leyes y obviamente el impacto social.

Nacho define el objetivo de la cátedra de la UBA de esta forma: “Se espera que un graduado de la materia pueda desarrollar una mirada crítica sobre los procesos de desarrollo tecnológico a nivel global y local y de sus esferas de regulación, a nivel general y en particular en áreas como la política, el trabajo, la cultura, etc.”

Mi definición es más escueta: se busca dar herramientas que les permita hacer mejores decisiones en un mundo donde no siempre lo digital es más eficiente o impulsa el beneficio de las personas. Esta carrera es importante para poder crear líderes capaces de humanizar las decisiones que se hagan sobre el uso y despliegue de las tecnologías de información y comunicaciones (TIC). Sin más preámbulos, la entrevista:

¿Cómo surge la Cátedra de “Informática y Relaciones Sociales: lazos sociales, y virtuales”?

Allá por el año 1995, Emilio Cafassi, titular de la materia, tuvo la idea de dictar un seminario de investigación sobre el fenómeno de Internet, que recién estaba empezando a surgir en Argentina. Se trataba de a la vez estudiar e intervenir en el fenómeno. Por eso el producto final de la materia fue una web, a la que se subieron las monografías finales de los alumnos, y luego se publicó un libro (Internet, Políticas y Comunicación). Luego de tres cuatrimestres, el seminario se convirtió en lo que es hoy (una materia más teórica, sin investigación, salvo la que sigue realizando el colectivo de docentes/investigadores o lo que pueden investigar los alumnos para sus monografías finales).

¿Se consideran uno de los pioneros de América Latina al ofrecer esta materia?

Lo que ofrecemos es una materia dentro de la Facultad de Ciencias Sociales. Forma parte de las materias optativas de la carrera de Sociología, aunque en general se ofrece a alumnos de las cinco carreras de esa casa (Ciencias de la Comunicación, Ciencia Política, Relaciones del Trabajo y Trabajo Social son las otras cuatro). Es muy posible que seamos pioneros, aunque realmente no tenemos suficiente información para asegurarlo. [Nota de JFO: en la actualidad numerosas universidades de América Latina y el Caribe no cuentan con cursos similares dentro de su currículo.]

¿Cómo ha evolucionado la enseñanza de esta materia desde sus inicios? ¿Ha alterado en algo la evolución tecnológica en la manera de enseñar la catedra?

En primer lugar, el contenido cambia constantemente, para seguir los nuevos fenómenos que surgen alrededor de Internet (como Cloud, IoT, etc). [Nota de JFO: IoT se refiere a Internet de las Cosas, en inglés: Internet of Things] Por otro lado, en los inicios usábamos solo email, con una lista de distribución como modo de comunicación entre docentes y alumnos. Hoy usamos Moodle como campus virtual, tenemos ahí toda la bibliografía [en formato] digital 100%, las discusiones se dan en ese entorno, hacemos encuestas para que nos evalúen los alumnos y también las evaluaciones que les tomamos se entregan por esa vía y ahí mismo se les da la calificación y retroalimentación (feedback).

Utilizan la plataforma Moodle. ¿Cuáles son las ventajas y debilidades de esta plataforma? ¿Cómo han reaccionado los estudiantes a la misma?

La usamos, aunque somos críticos de la misma. De hecho, participamos de unas jornadas sobre el Moodle (Moodle Moot), organizadas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – FLACSO en Buenos Aires en 2009, con una ponencia colectiva donde criticamos las limitaciones de la herramienta. Los foros no son tan sencillos de usar como una simple lista de distribución; en el primer caso hay que entrar al campus para responder un mensaje, en el segundo caso basta darle responder al mail y todos reciben la respuesta. [También mencionamos] en especial las potencialidades para el control de la actividad de los alumnos, que si bien pueden tener su lado positivo no son explícitas, y por lo tanto son opacas para los alumnos. Obviamente hay que aclarar que no somos expertos en Moodle, por lo que tal vez también nuestras propias limitaciones técnicas nos juegan en contra.

El perfil de los estudiantes con el tiempo ha ido cambiando, en los inicios algunos ni tenían email. Hoy todos se manejan bien con el Moodle, aunque no sea tan amigable para ellos como Facebook u otras redes sociales.

Solo damos una materia y es presencial. El Moodle es un complemento.

En los inicios de la catedra los estudiantes eran inmigrantes digitales, ya nos encontramos con nativos digitales. ¿Realmente visualizan una diferencia entre estos grupos o esta segmentación no aplica en la catedra?

Sí aplica, es a lo que hacía referencia antes. En los inicios algunos no tenían ni email, o su uso de la tecnología era muy precario. Hoy no son todos nativos digitales (pues tenemos gente con más edad), pero sí son todos muy versados en el manejo de las TIC.

La cátedra habla de privacidad, contenidos y el capitalismo informacional. ¿Cómo estos temas impactan la presente brecha digital que tenemos en Argentina y el resto de América Latina? ¿Podría hablarse de un imperialismo digital? ¿Quiénes serían los conquistados?

Los tres temas tocan de lleno a nuestra región. Están en las noticias a diario, en mayor o menor medida y de diversas formas. En especial la privacidad cada vez más es una preocupación de los usuarios individuales, empresas y reguladores. El terreno de los contenidos es también algo que siguen de cerca todos, tanto los que los producen como los que los consumen, y la categoría de “prosumidores”. [Nota de JFO: prosumidor se deriva de “productor” + “consumidor”, en el mundo digital se utiliza para referirse a las personas que desarrollan contenidos pero también son consumidores de contenidos creados por terceros.]

Respecto a la brecha digital, es algo que existe aunque muchas veces no es tenida en cuenta o no se hace lo suficiente para resolverla. Hablar de un imperialismo digital creo que es una exageración. Sin embargo, sin dudas hay empresas que quieren conquistar toda la cadena de valor de las TIC, como Google, para impulsar sus negocios de modo múltiple. Pero por supuesto las cosas no son lineales, y hasta Google fracasa o le surgen competidores por donde menos se imagina, o los reguladores le ponen límites. Eso es lo interesante de estudiar estos temas, son muy dinámicos y complejos.

Distintos gobiernos insisten que ante la llegada de proveedores de contenidos globales es necesario establecer medidas que garanticen la producción de contenido local, en el idioma del país y que brinde empleo a desarrolladores de estos contenidos. ¿Cómo se ve esto en el mundo digital?

La diversidad cultural es algo interesante y debería ser preservado. Lo que no está claro es cuál sería el mejor modo para hacer eso…

¿Hay algo importante sobre la cátedra que te parece debe ser mencionado y que no se ha cubierto en las preguntas?

Podría mencionar que la cátedra, más alguna gente más, tuvo su período de “acción”. Emilio Cafassi dirigió entre 1999 y 2000 el Área de Comunicación Científica de la Facultad, etapa durante la cual se buscó democratizar el acceso a las TIC, es decir que las cátedras tuvieran su sitio web, que los miembros de la comunidad académica tuvieran su email, etc. Esa experiencia terminó por diferencias políticas con la conducción de la Facultad.

Referencias

Foto de la Universidad de Buenos Aires tomada de Diario Móvil.

Foto de Enzo Francescoli tomada del blog RiverMillonarios.com.ar

Ignacio Perrone proveyó su foto.

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