El discurso político latinoamericano durante las pasadas dos décadas ha estado plagado de conceptos como “tercera vía” o “gobiernos progresistas” que encierran en un par de palabra un quiebre con el estatus quo tradicional. La búsqueda es de un modelo de gobierno alternativo que priorice lo social, al aumentar la calidad de vida de sus habitantes y disminuyendo las grandes diferencias en distribución de riqueza tan marcada en la región.

La utilización de ambos conceptos no ha sido excluyente ya que administraciones como la del Presidente Lula Inacio da Silva en Brasil denominado de tercera vía de “crecimiento con solidaridad” (Medina, 2003) mientras que desde una óptica externa al partido de gobierno se le consideraba como “progresista”. ¿Pero qué significan estos términos que tanto escuchamos o leemos en las noticias?

Una definición bastante simple de tercera vía es la búsqueda de una forma de gobierno que adopte medidas que vayan por el medio a lo expuesto por la izquierda y derecha del país. En otras palabras, busca gobernar nutriéndose de lo mejor de ambos acercamientos, siempre dando prioridad al bienestar social. Lo anterior considerando que las administraciones autodenominadas de tercera vía en América Latina y el Caribe han sido disimiles entre sí. Ser gobierno de tercera vía simplemente significa romper con el pasado inmediato.

Por otro lado, tradicionalmente se ha llamado “gobierno progresista” a aquellos que mantienen una agenda de política pública denominada de izquierda, que en las pasadas dos décadas ha pasado a significar una creciente postura en contra del neoliberalismo impulsado por el Consenso de Washington y a favor de movimientos populares (Stolowicz, 2004). Sin embargo, esta definición de “gobierno progresista” tiene detractores. Para el ex-Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Ecuador (2007-2008) y ex-Ministro de Energía de Ecuador (2007), Alberto Acosta,  los gobiernos progresistas:

no han sido gobiernos de izquierda, pues no han afectado las estructuras de producción ni la propiedad de medios de producción, ni siquiera fomentaron una verdadera reforma agraria. Tampoco han asegurado las libertades de expresión, de organización y movilización popular, de vida sexual, y hasta han mantenido una perspectiva utilitarista con la Naturaleza (Taveira, 2016)

Mientras en la región se daba la llegada de administraciones opuestas al Consenso de Washington, simultáneamente el acceso a servicios de telecomunicaciones se masificaba. Primordialmente los servicios prestados a través de redes inalámbricas que aceleraron el proceso de tener a una mayor parte de los población con la posibilidad de poseer por primera vez una conexión telefónica por una conexión prepago que con el pasar de los años se ha convertido para millones de personas en su principal y única forma de acceder al Internet. Difícilmente pasa un día en el que no tengamos interacción con algún servicio ofrecido de forma digital por medio de esta plataforma.

No obstante, según los servicios de Internet han evolucionado también lo han hecho las modalidades de violar la ley por medio de plataformas digitales. Incluyendo entre esta violaciones, numerosas violaciones a los derechos humanos de una persona simplemente porque el crimen fue cometido en el ciberespacio.

Ante esta necesidad, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas decidió emitir una resolución que aclarara que derechos humanos poseen los usuarios de Internet y reconociera los beneficios para una persona al estar conectado. A continuación los artículos de la resolución Promoción, protección y disfrute de los derechos humanos en Internet (2016):

  1. Afirma que los derechos de las personas también deben estar protegidos en Internet, en particular la libertad de expresión, que es aplicable sin consideración de fronteras y por cualquier procedimiento que se elija, de conformidad con el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos;
  2. Reconoce la naturaleza mundial y abierta de Internet como fuerza impulsora de la aceleración de los progresos hacia el desarrollo en sus distintas formas, incluido el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible;
  3. Exhorta a todos los Estados a que promuevan y faciliten la cooperación internacional encaminada al desarrollo de los medios de comunicación y los servicios y tecnologías de la información y las comunicaciones en todos los países;
  4. Afirma que la calidad de la educación cumple un papel decisivo en el desarrollo y, por consiguiente, exhorta a todos los Estados a fomentar la alfabetización digital y a facilitar el acceso a la información en Internet, que puede ser una herramienta importante para facilitar la promoción del derecho a la educación;
  5. Afirma también la importancia de que se aplique un enfoque basado en los derechos humanos para facilitar y ampliar el acceso a Internet y solicita a todos los Estados que hagan lo posible por cerrar las múltiples formas de la brecha digital;
  6. Exhorta a todos los Estados a que acaben con la brecha digital entre los géneros y mejoren el uso de la tecnología instrumental, en particular la tecnología de la información y las comunicaciones, para promover el empoderamiento de las mujeres y las niñas;
  7. Alienta a todos los Estados a que adopten las medidas oportunas para promover, con la participación de las personas con discapacidad, el diseño, el desarrollo, la producción y la distribución de sistemas y tecnologías de la información y las comunicaciones, incluidas tecnologías de apoyo y adaptación, que sean accesibles para las personas con discapacidad;
  8. Exhorta a todos los Estados a abordar las preocupaciones relativas a la seguridad en Internet de conformidad con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, para garantizar la protección de la libertad de expresión, la libertad de asociación, la privacidad y otros derechos humanos en Internet, entre otras cosas mediante instituciones nacionales democráticas y transparentes basadas en el estado de derecho, de forma tal que se asegure la libertad y la seguridad en la red para que pueda seguir siendo un motor enérgico del desarrollo económico, social y cultural;
  9. Condena inequívocamente todos los abusos y violaciones de los derechos humanos, como torturas, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias, así como la expulsión, intimidación y hostigamiento y la violencia de género cometida contra las personas por ejercer sus derechos humanos y libertades fundamentales en Internet, y exhorta a todos los Estados a que garanticen la rendición de cuentas a este respecto;
  10. Condena inequívocamente las medidas cuyo objetivo deliberado es impedir u obstaculizar el acceso o la divulgación de información en línea, vulnerando el derecho internacional de los derechos humanos, y exhorta a todos los Estados a que se abstengan de adoptar estas medidas, o cesen de aplicarlas;
  11. Destaca la importancia de luchar contra la apología del odio, que constituye una incitación a la discriminación y la violencia en Internet, entre otras cosas fomentando la tolerancia y el diálogo;
  12. Exhorta a todos los Estados a que consideren la posibilidad de formular, mediante procesos transparentes e inclusivos con la participación de todos los interesados, y adoptar políticas públicas nacionales relativas a Internet que tengan como objetivo básico el acceso y disfrute universal de los derechos humanos;
  13. Solicita al Alto Comisionado que prepare un informe sobre los medios de cerrar la brecha digital entre los géneros desde una perspectiva de derechos humanos, en consulta con los Estados, los procedimientos especiales del Consejo de los Derechos Humanos, las organizaciones internacionales, las instituciones nacionales de derechos humanos, la sociedad civil, la industria, la comunidad técnica, el sector académico y otros interesados, y que lo presente al Consejo de Derechos Humanos en su 35º período de sesiones;
  14. Alienta a los procedimientos especiales a que tengan en cuenta estas cuestiones en sus mandatos actuales, según proceda;
  15. Decide seguir examinando la promoción, la protección y el disfrute de los derechos humanos, incluido el derecho a la libertad de expresión, en Internet y en otras tecnologías de la información y las comunicaciones, así como la forma en que Internet puede ser una importante herramienta para fomentar la participación ciudadana y de la sociedad civil y para lograr el desarrollo en cada comunidad y el ejercicio de los derechos humanos, de conformidad con su programa de trabajo.

 El sentido común dictaría que todos los artículos anteriores hacen sentido, sobre todo para aquellos países identificados como progresistas que son signatarios del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Al final de cuentas, lo que se defiende en el ciberespacio son los mismos derechos humanos que tienen las personas en su vida cotidiana y que van desde la libre expresión hasta el derecho a la privacidad.

Estos derechos ser bienvenidos en localidades donde el progresismo signifique algo positivo. Sin embargo, la realidad es muy distinta y es por esta razón que en América Latina sobresalen Bolivia, Ecuador y Venezuela. Estos tres países simplemente coincidieron en votarle en contra a una resolución que se opone a la censura en Internet.

Es increíble el daño que la oposición de estos tres países, también Cuba votó en contra, a los movimientos de izquierda latinoamericanos. De mi perspectiva, la poca indignación observada sobre este tema alrededor de la región no deja de ser preocupante. Al final de cuentas al rehusarse a aceptar estos derechos lo que se rechaza es la libertad de expresión ya sea en forma escrita o audiovisual transmitida por Internet que es sumamente necesaria, por ejemplo, para el sano desempeño de la profesión de periodista.

Referencias

A/HRC/32/L.20

Medina, G. (2003). El Brasil de Lula, ¿una tercera vía en América Latina? Política Exterior, 17(91), 147-165. Obtenido de http://www.jstor.org/stable/20645368

Stolowicz, B. (2004, Enero). La Izquierda Latinoamericana gobierno y proyecto de cambio. TNI Briefing Series, 3-20. Obtenido el Julio 8, 2016, de https://www.tni.org/files/download/left-s.pdf

Taveira, V. (2016, Julio 7). La década desperdiciada del progresismo. Rebelión. Obtenido Julio 8, 2016, de http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214237

La imagen es de Pixabay.

Una versión de esta columna fue publicada en el diario El Economista el 7 de julio de 2016.

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