Usualmente cuando se habla de servicios de telecomunicaciones dos cosas vienen a la mente: la conexión a banda ancha del hogar y el servicio móvil que contratamos. Si en lugar de centrarnos en los contenidos nos enfocamos en las tuberías que llevan la información entonces las imágenes que vendrán a la mente son bastante simples: la torre de comunicaciones y cables de cobre o fibra.
El patito feo de las comunicaciones de acceso sigue siendo el satélite. Curiosamente este patito feo es el que posee la mayor pisada geográfica de todas las alternativas mencionadas hasta el momento, aunque también una corta vida que usualmente, llega a los quince años, si los pájaros (así se les llama en la industria de telecomunicaciones a los satélites que orbitan la tierra) no sufren de ninguna enfermedad como podría ser una la perdida de combustible, dificultades de comunicación o cualquier otra falla técnica causada por factores tanto internos como externos.
Históricamente los satélites han sido esenciales en la expansión de cobertura de servicios de telecomunicaciones a zonas apartadas, con baja densidad poblacional y sin otra alternativa de conectividad. Este aún es el caso en zonas remotas como el Ártico, los desiertos y grandes como la Amazonia. Por medio de un dispositivo, usualmente de gran tamaño, se puede acceder a telefonía o Internet. La parte negativa es que el alto costo de este servicio tan solo es superado por el altísimo costo del dispositivo a ser utilizado. Simplemente el satélite no puede competir contra alternativas más tradicionales en servicios de acceso.
Sin embargo, ni la tecnología ni los modelos de negocios son estáticos. La industria satelital cuenta con otras vertientes de ingreso más allá de las que se proveen a un individuo u hogar. Servicios de comunicación aeronáuticos, conectividad marítima, servicios de meteorología y la entrega de contenidos audiovisuales, entre otros servicios de telecomunicaciones son apenas el 37% de la facturación de una industria global que superó en los US$ 335.300 millones en ingresos según cifras The Tauri Group.
En la última década, los servicios satelitales en América Latina han experimentado un nuevo boom de crecimiento gracias a la proliferación de prestadores de servicio de televisión satelital directa al hogar (DTH, por sus siglas en inglés). El DTH se ha transformado en un soporte estratégico para agregar servicios de video a las ofertas múltiples de telefonía fija y banda ancha de algunos de los principales operadores de telecomunicaciones de la región. En este sentido, los servicios de DTH han evolucionado para pasar de ser una opción de lujo dirigida a hogares de alto poder adquisitivo a convertirse en la plataforma utilizada para la comercialización agresiva de servicios de TV de paga por parte de los operadores de telecomunicaciones en hogares de medio y bajo poder adquisitivo.
El riesgo de morosidad bajo esta nueva estrategia se minimiza por medio de esquemas de facturación prepagados en los que no se ofrece ningún subsidio por equipo y las grillas de canales ofertadas ofrecen al proveedor un mayor ingreso por canal que el que se obtiene de servicios por contrato.
La estrategia es sencilla: colonizar nuevos territorios por medio de la señal satelital para, luego, en los sectores con mayor demanda de servicios, ir desplegando una red cableada que permita la oferta de servicios empaquetados.
Este enfoque multiplataforma demuestra que los pedidos de apertura del mercado de TV de paga de los operadores de telecomunicaciones no están necesariamente relacionados con rentabilizar el acceso de última milla por medio de soluciones de IPTV. También es interesante ver como un modelo multiplataforma donde el DTH es una solución temporal está siendo cuestionado por al menos un operador nacional de Estados Unidos al darle prioridad a la comercialización de DTH sobre otras alternativas alámbricas que pueda poseer.
La preferencia por la oferta de servicios DTH en mercados en desarrollo destaca que poseer un mayor número de líneas de telefonía fija o banda ancha no se traduce en un crecimiento vertiginoso de los servicios de IPTV. La experiencia latinoamericana de IPTV es clara: ningún operador ha cumplido con sus expectativas de crecimiento iniciales. Los altos costos de despliegue de esta alternativa tecnológica hacen que el IPTV se enfoque en abonados de alto poder adquisitivo lo que se traduce en una participación de nicho en la región.
La incorporación de los servicios de TV de paga para la confección de paquetes de servicios múltiples tiene como objetivo último fidelizar a los usuarios tradicionales de telecomunicaciones: telefonía y, principalmente, de acceso de banda ancha.
Los esquemas comerciales bajo los cuales se ha lanzado el servicio de video por parte de operadores de telecomunicaciones en algunos países de América Latina indican que el retorno de la inversión para esa prestación sólo se logra por los ingresos retenidos y los ahorros de adquisición de clientes por las cuentas del servicio tradicional que se logran fidelizar y que, de otro modo, hubieran migrado hacia otro prestador. En este escenario de ofertas empaquetadas, el servicio DTH ha sido clave como soporte de video digital para los servicios múltiples que presentan los operadores de telecomunicaciones.
La reacción de los prestadores tradicionales de DTH no se ha hecho esperar pues el crecimiento en el número de hogares que contratan servicios empaquetados de televisión, banda ancha y telefonía los ha forzado a buscar alternativas que les permitan reaccionar y lanzar su propia oferta de servicios 3Play (video, telefonía y banda ancha fijas). Para lograrlo se han visto ejemplos de adquisiciones de operadores de TV de paga establecidos (CATV y MMDS en Brasil) como también la adquisición de espectro radioeléctrico para incrementar la cartera de servicios e incluir por medio de redes inalámbricas fijas servicios de banda ancha y telefonía a la oferta de DTH. Habilitando de esta forma una convergencia completamente inalámbrica en la última milla.
El futuro de los operadores de televisión paga satelital no es muy diferente al de sus contrapartes alámbricos. El cambio en hábitos de consumo de contenidos lo forzará a adecuarse a las necesidades de ser multi-pantalla y poseer acuerdos que le permitan tener contenidos exclusivos. No todos los actores del mercado de televisión paga podrán cumplir con este requisito, por lo que, al menos en América Latina, en la próxima década se observarán muchísimos cambios en la geografía de este segmentos particular de las tecnologías de información y comunicaciones.
El patito feo se está convirtiendo en cisne…
Referencias
La imagen es de Unplash.