Una de las particularidades del ser humano es su capacidad de razonar, formular su propia opinión sobre la realidad que lo rodea y llegar al extremo de pelear por lo que considera justo. En este sentido, hay conceptos básicos que inmediatamente generan la aceptación de la inmensa mayoría de las personas. Por ejemplo, es muy raro toparse con alguien que afirme abiertamente que no se deben proteger los derechos humanos de las personas.

Muchas de estas opiniones sobre los derechos humanos se basan en el sentido común y los principios morales de cada individuo. Por esta razón, indagar el alcance de este apoyo usando como parámetro la Carta Internacional de Derechos Humanos tiene como consecuencia la proliferación de objeciones a uno u otro principio.

Conocimiento

Parte del problema es el desconocimiento que existe sobre los derechos humanos. Es un tópico que se ignora en el aula o simplemente explicado de forma superficial. Por ejemplo, muchas personas piensan que la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) conlleva obligaciones legales de los estados que son miembros de la Organización de Naciones Unidas. Fue precisamente esta característica la que dio paso a la formulación de dos acuerdos que si conllevan obligaciones legales para aquellos estados que los ratifiquen: Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC).

A grandes rasgos, estos dos documentos fungen como herramienta para integrar al derecho internacional la gran mayoría de los principios estipulados en la DUDH. Aunque hay diferencias en los tiempos con los que cuentan los estados para cumplir con los mismos, de forma general se puede afirmar que los derechos humanos mencionados en el PIDC en términos de cumplimiento son de mayor “prioridad o urgencia” y los del PIDESC deben ser implementados “de forma progresiva.”

Sin embargo, la existencia de estos pactos garantiza que todos los seres humanos cuenten con los mismos derechos gracias a interpretaciones que van desde el carácter imperialista occidental de la DUDH por su total indiferencia a creencias culturas hasta justificar el maltrato a ciertos grupos por cuestiones religiosas.

Uno de los grupos que más han sufrido la violación de sus derechos es la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales o transgénero). Muchos de los seres humanos que se identifican como miembros de esta comunidad – algunos también discriminados por su religión, color de piel, nacionalidad o sexo – son discriminados por su estilo de vida y se ven forzados a no hablar abiertamente de su identidad sexual por temor a violencia física, psicológica y en muchos países encarcelados.

Esta discriminación ocurre mientras el derecho internacional no cuenta con obligaciones específicas que defiendan y garanticen los derechos humanos de la comunidad LGBT. Ninguno de los principales Tratados Internacionales de Derechos Humanos hace referencia a la preferencia sexual de las personas como una de las libertades que tiene que ser protegida. Por el contrario, los pocos esfuerzos que se han hecho para establecer algún tipo de mandato para su protección han enfrentado la objeción de la mayoría de los miembros de las Naciones Unidas.

La buena noticia es que, al menos desde una perspectiva legal, lentamente esta comunidad está ganando derechos. Decisiones legales como en el caso judicial Toonen v. Australia han sido importantes para establecer un marco legal de protección a la privacidad de las personas independientemente de su orientación sexual. Se debe resaltar que las iniciativas para proteger los derechos de los miembros de la comunidad LGBT no se centra en crear nuevas obligaciones sino de que el trato hacia estos seres humanos sea igual al del resto de la humanidad.

El desafío de las próximas décadas es grande, pero por medio de la educación y dialogo hay posibilidad de que reducir la discriminación que sufren aún en países donde hacerlo es ilegal, simplemente porque las leyes no se cumplen o las sanciones no son severas. No porque un ser humano tenga distintas preferencias es más o menos persona o hace plausible someterlo a un maltrato psicológico de tal magnitud que lo lleve a tener tendencias suicidas.

Tal vez soy optimista y pienso que la educación es el camino para resolver muchos de los problemas que tenemos en la sociedad. Lo que no dudo es que definitivamente constituye un primer paso para ser mejores seres humanos.

Referencias

Imágenes de Pixabay

2 thoughts on “Importancia de educar sobre derechos humanos

  1. Creo que al analizar los derechos humanos hay que reconocer el importante aporte del Cristianismo como doctrina. Sus fundamentos y su difusión se unen por el vinculos muy estrechos.

    1. Muchas gracias por el comentario Francisco.

      El surgimiento de la Carta de Derechos Humanos se da luego en un contexto occidental donde las tradiciones judeo-cristianas tenían mucha influencia. Esto no quita que otras religiones y doctrinas morales no tengan en sus creencias preceptos que sean compatibles con algunos de los preceptos de derechos humanos que se han ido adoptando por casi 70 años en la ONU.

      Por ejemplo, muchos de los derechos sociales mencionados en el PIDESC se pueden identificar en el confucionismo. Asimismo, otros elementos que provienen del budismo y hasta de religiones autóctonas de las Américas y África contienen elementos reconocidos en los derechos humanos. Estas confluencias son buenas noticias pues nos indican que estamos más cerca del respeto por la dignidad humana de lo que comúnmente creemos.

      Saludos, JFO

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