Usualmente cuando los medios de comunicación se enfocan en violencia en el deporte, las noticias se centran en las agresiones de las barras bravas o los insultos que pueden recibir algunos deportistas. Desafortunadamente, los medios nos ofrecen una visión bastante miope de la discriminación rampante que se vive en el deporte.

Quizás la primera y más básica la experimentan las mujeres pues sus esfuerzos y logros pasan prácticamente desapercibidos en los medios. Pocas son las excepciones que observamos si se compara la cobertura que reciben sus contrapartes masculinas en distintas disciplinas. ¿Cuántas mujeres que son atletas profesionales de softball, baloncesto o natación han tenido la importancia de un Roberto Clemente, Michael Jordan o Michael Phelps?

El mundo del fútbol no es muy distinto pues usualmente se da más importancia al físico de la deportista, llámese Mia Hamm, Hope Solo o Milene Domingues. Sin embargo, ¿cuándo se menciona el nombre Marta Vieria da Silva cuántas personas pueden mencionar que ha sido elegida cinco veces la mejor jugadora del mundo?

Mia Hamm – “This is Barça”

Obviamente, hay escépticos que dirán que la situación está cambiando para bien. Hay una clara evolución donde cada vez hay mayor interés en promover el deporte femenino y de forma incremental se van conociendo los nombres de féminas de distintas disciplinas deportivas. Pero uno ve esa proliferación de deportistas famosas – todas muy atractivas – en publicidades de todo tipo de productos y se comienza a preguntar ¿bueno la muestran como gran atleta pero no pasan las competencias donde participa?

Luego nos encontramos con comentarios de personas que se supone lideren los esfuerzos de promover la igualdad deportiva afirmando que “para incrementar la popularidad del juego deberíamos permitir que las mujeres jueguen con ropas más femeninas como lo hacen en el voleibol.”

Sí, este comentario fue hecho en su momento por el Presidente de la FIFA Joseph Blatter que en estos momentos se encuentra apartado de su puesto (suspendido por ocho años de cualquier actividad relacionada con el fútbol) por actos de corrupción. El repertorio de este tétrico personaje no se limita al sexismo quien al ser cuestionado sobre las leyes que prohíben el homosexualismo en Catar 2022 respondió que los jugadores que sean lesbianas, gays, bisexuales o transgénero (LGBT) “deberían abstenerse de cualquier actividad sexual” mientras estén participando del evento.

Este comentario nos lleva a otro grupo de deportistas que por su orientación sexual sufren de gran discriminación en el mundo del deporte los miembros de la comunidad LGBT. Muchos de estos atletas – algunos también discriminados por su religión, color de piel, nacionalidad o sexo – conviven en un ambiente hostil en el que no pueden hablar abiertamente de su identidad sexual por temor a violencia física, psicológica y en muchos países se encarcelados. O en el mejor de los casos aislamiento total por parte de sus compañeros de equipo.

Lo lamentable de esta situación es saber que el prejuicio y rechazo que reciben los deportistas de la comunidad LGBT son un simple reflejo de un macrocosmos en el cual – en una minoría de países – sus derechos prácticamente no existen. En una sociedad donde se acostumbra a asignar un género específico al deporte a ser practicado (gimnasia y patinaje para niñas, lucha y pesas para niños) otorgar derechos a personas que salen de la visión tradicional no es una prioridad.

Video Candidatura de la ahora Sede de los GayGames Paris2018

Si nos remontamos al derecho internacional encontramos que no hay obligaciones específicas para defender los derechos de la comunidad LGBT. Ni la Declaración Universal de Derechos Humanos ni ninguno de los principales Tratados Internacionales de Derechos Humanos hace referencia a sus derechos. Los pocos esfuerzos que se han hecho para establecer algún tipo de mandato para su protección han enfrentado la objeción de la mayoría de los miembros de las Naciones Unidas.

La buena noticia es que, el menos desde una perspectiva legal, lentamente esta comunidad está ganando derechos. Queda aún hacer que internamente esos países donde está prohibido discriminarlos implementen la legislación y que las sanciones en contra de quienes los discriminen sean severas. No porque un ser humano tenga distintas preferencias es más o menos persona o hace plausible someterlo a un maltrato psicológico de tal magnitud que lo lleve a tener tendencias suicidas.

Queda esperar que llegue el día en que los atletas tienen que ocultar sus preferencias religiosas o sexuales para poder llevar una vida “anormal” para ellos pero que les evita maltrato físico y mental. Sobre todo si los eventos internacionales en donde se destacan se celebran en países donde ser diferente a lo tradicional se paga con cárcel.

Referencias

Imagen de Pixabay

Videos de FC Barcelona y GamesParis2018.

Este artículo fue publicado originalmente en el DiarioAM.es el 19 de enero de 2016.

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