Los eventos de telecomunicaciones que se celebran en la actualidad tienen como punto común la inminente llegada de 5G. Es esta nueva generación tecnológica la que define el discurso de cada congreso o conferencia, siendo lo que varía el ángulo en que se aborda a esta nueva tecnología. Es por esta razón que cada vez estas reuniones tienen menos contenido pedagógico pero más discursos de ventas donde la personalidad y carisma del interlocutor son más importantes que describir los parámetros teóricos de la nueva tecnología.
El objetivo de cada uno de estos eventos es vender el servicio o producto que presentan los distintos auspiciadores. Así, la mayoría de los paneles son predefinidos con sus participantes respondiendo en muchas ocasiones preguntas que ellos mismo diseñaron. De esta manera, los organizadores mantienen contentos a sus clientes asegurando su retorno en una próxima edición.
Como consecuencia es altamente posible que en un evento de servicios satelitales mientras haya presentaciones sugiriendo a los reguladores que se adjudique ciertas bandas a servicios satelitales en lugar de servicios móviles. Sólo para esperar el comienzo de una nueva presentación que nos muestre las grandes posibilidades de crecimiento que tendrá la industria satelital gracias al incremento en servicios de capacidad satelital que potenciarán las redes de 5G.
Los conflictos existentes entre los fabricantes de equipos móviles y las flotas satelitales en torno a la interferencia en bandas a la posible interferencia de señales en la Banda C como se argumentaba en los tiempos de WiMAX o más recientemente en la banda de 28 GHz. Estos argumentos no gratos son dejados para reuniones menos concurridas del sector, aunque casi siempre con el objetivo de enviar sugerencias a las entes de regulación pertinentes.
La industria satelital no es la única que mira en 5G una nueva oportunidad de desarrollo, sobre todo para los nuevos transpondedores en Banda Ka que están siendo colocados en órbita por distintas flotas, en lo que parece ser la nueva banda de apogeo luego de la explosión en demanda de Banda Ku durante la pasada década.
La fibra óptica, sin embargo, tiene distintas aristas de inversión en las que apoyarse. Por un lado están los famosos anillos de fibra óptica que están siendo construidos gracias a una justificación basada directamente en el incremento inevitable que 5G tendrá en ambos puntos: demanda de capacidad y puntos de conexión a fibra óptica.
De esta forma, alrededor de las ciudades de tamaño poblacional secundario y terciario se han ido dando despliegues de fibra óptica para atender al ya mencionado incremento exponencial de capacidad generado por una combinación del Internet de las Cosas, pequeñas redes de descarga de tráfico tipo WiFi, las denominadas pequeñas celdas y el contenido cada vez más pesado generado por seres humanos.
En otras palabras, los vendedores de fibra óptica estarán más interesados en resaltar el impacto positivo que 5G tendrá en ventas pues todas las antenas de esta tecnología tendrán que ser conectadas a la red dorsal nacional por medio de fibra óptica, la única plataforma tecnológica lo suficientemente robusta para transportar los datos que originen los usuarios. Claro que esto no implica que estos mismos proveedores se olviden de los hogares y muestren a los presentes todas las ventajas de las tecnologías FTTx. Imposible olvidar la última milla ante la presencia de tantas plataformas que prometen solucionar este obstáculo.
Los grandes operadores de transporte internacional por medio de redes terrestres o submarinas de fibra óptica usualmente muestran un discurso similar al de las grandes flotas satelitales. Sólo hay una modificación importante, la gran mayoría del tráfico de los operadores de fibra óptica transnacionales se limita en interconectar las redes nacionales con aquellas de otros países y/o continentes. Junto a las flotas satelitales proveen esa redundancia tan fuertemente nombrada en todas las descripciones que se hacen del Internet.
Un dato importante que siempre se infiere de estos congresos es la urgencia y necesidad que existe para comenzar a almacenar a nivel local contenido de alta demanda. La necesidad de abaratar costos con el almacenamiento de contenido localmente debe complementarse con una redundancia local en el que todas las redes de telecomunicaciones se encuentren interconectadas. Esta necesidad, que de paso no es nueva, también tiene como consecuencia nuevas oportunidades de negocio en la región a manos del llamado Big Data y la analítica. El futuro tecnológico no está tan lejos como a veces parece indicar el romanticismo latinoamericano donde la negación de la realidad es requisito para la desesperanza.
Cuando nos acordamos de los usuarios, llegamos a las ferias enfocadas en consumidores donde seguramente centran sus comentarios sobre 5G en las nuevas posibilidades que crea esta tecnología y que podrán ser accedidas en corto plazo por los usuarios a través de un nuevo dispositivo. La óptica será más importante que la explicación ya que si el teléfono no es del agrado de las masas es casi seguro que no venderá muchas unidades. Lo mismo pasará con los modelos hermosos que no vayan acompañados de una batería de larga duración. Objetivo que es más sencillo comentarlo que alcanzarlo.
No obstante, la buena noticia para proveedores de dispositivos y/o chips es que el número de aparatos que podrán conectarse de forma inalámbrica a se incrementará exponencialmente. Por lo que seguramente veremos a proveedores de equipos no tradicionales entrar al campo de la movilidad de forma independiente o por medio de alianzas. Los antiguos fabricantes de teléfonos verán en el Internet de las Cosas una oportunidad de diversificar su mercado creando aparatos que atiendan todas las necesidades que puedan ser imaginadas, teniendo en cuenta en este proceso las diferentes frecuencias de espectro radioeléctrico que será utilizado en gracias al 5G.
No hemos olvidado los eventos centrados en temas de regulación tendrán un acercamiento a la nueva tecnología un poco menos técnico al referirse a cuestiones tan importantes como la entrega de permisos para el despliegue de infraestructura o las tarifas impositivas que se cobran a los equipos importados. En algunos casos donde la cantidad de equipos es exorbitante, el país que exporta podría decidir tratar de firmar un acuerdo de libre comercio con el país que compra sus productos. En otros, las obligaciones del regulador de atender leyes que fuerzan la maximización de recaudo de los procesos de asignación de espectro podrían imponer obstáculos artificiales que retrasen sin causa el sano crecimiento de la nueva tecnología.
Es por esta razón que los temas técnicos relacionados con 5G se centrarán en la disponibilidad de espectro radioeléctrico, las bandas disponibles, la homologación de equipos y costos. Aquí se continuará visualizando los intercambios entre lobistas, asociaciones de la industria y gobiernos. Diálogos centrados en fomentar una política pública sensata erigida sobre insumos necesarios para poder tomar la decisión más informada posible – opiniones propias y de terceros acompañarían a los entes de poder blindándolos de conocimiento al brindarles de forma gratuita los resultados de meticulosas investigaciones hechas por consultores que la mayor parte de las veces sí son independientes – hay de todo en la viña del señor.
Para concluir no se puede hacer otra cosa que resaltar una realidad: 5G aún no se materializa en las Americas pero ya comanda inversiones cuantiosas en la región por parte de todos los actores del ecosistema de las telecomunicaciones. Tanto dinero requiere de despliegues comerciales que permitan comenzar a recuperar el dinero invertido, por lo que se manera sencilla podemos asegurar que tendremos redes 5G más pronto de lo que imaginamos.
Referencias
La imagen es de Pixabay.